Ayer por la tarde acudí a la última representación en el Teatro Tívoli y quizás la última de su carrera como bailarín en Barcelona de Ángel Corella.
Fue una actuación como siempre, mágica, con fuerza y dándolo todo en el
escenario. La poca o inexistente ayuda económica para consolidar su compañía y
escuela de danza han sido los motivos de su adiós en Cataluña.
Quizás pensé que diría algunas palabras de despedida pero
hizo bien en no hacerlo. Para un artista la mejor forma de apoyarlo es, y fueron
los vítores y los bravos que a lo largo de la tarde le brindó su público.
En su despedida de los escenarios barceloneses no podían faltar sus
padres, sentados en la séptima fila, siguiendo a su hijo desde que decidió de
niño dedicarse a la danza. María, su madre, ha sido el alma de la compañía (con actuaciones programadas hasta principios de 2015) y de la escuela de Barcelona, todavía en funcionamiento.
Entre en público asistente a la función de ayer domingo
estaban muchas de sus alumnas quienes disfrutaron como nunca al ver a su
profesor amén de ídolo deslizándose por las tablas con su gran maestría.. Precisamente dos de sus mejores bailarinas, formadas en
Barcelona tuvieron un papel destacado en la última coreografía.
Ángel Corella a sus 38 años lo ha sido todo en el mundo de la
danza, desde sus inicios en la compañía de Víctor Ullate – allí le conocí –
hasta fichar por el American Ballet en 1995 como primer bailarín. En este
camino siempre le ha acompañado su hermana Carmen, diva de la danza con un
porte, técnica y una elegancia poco
habituales.
El bailarín y coreógrafo ha sido siempre muy crítico con la
clase política española, como le confesaba al amigo y gran periodista Luis
Fernando Romo a Vanitatis “me están echando a patadas, se acabó el estar en
España, me voy al extranjero, me retiro del baile”.
Así las cosas este martes Corella viaja a EEUU, trabajo y
nueva vida le esperan, aunque quiere elegir un trabajo como director de una compañía
de danza cercano a su familia que se queda en Barcelona. Ayer domingo por la
mañana el Teatro Tívoli albergó el final de curso de su escuela, sus alumnas
representaron “El Corsario”.