¿Cómo os
suena esto?, ¿raro?, pues no al menos esta era la intención de un empresario
ruso, afincado en Barcelona. Me ha llegado esta información y a través de mi
blog os quería hacer partícipes de ella. El adinerado caballero, poseedor de
otro Club en la zona alta de la Ciudad Condal, quería hacerse con la compra o
alquiler de la casa emblemática propiedad de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
La operación
se fue al traste por una cuestión de papeles simple y llanamente. Según mis noticias
el empresario no obtuvo los permisos pertinentes para convertir la casa de la
calle Elisenda Pinós, en un restaurante y club de lujo.
Os voy a
recordar que está espectacular mansión se alquila por 25 mil euros al mes, y si
es de comprar por más de 9 millones de euros. La mansión perteneció a una
acomodada familia de la burguesía catalana que los Duques de Palma reformaron
por completo.
Su “huida” a Suiza y su delicada situación económica y
personal hacían irremediable su puesta a la venta. Rumores recientes llegados a
mis oídos me hablan que “el palacete” podría haber encontrado un nuevo
inquilino ¿será cierto?