Qué bien lo pase la noche del jueves, y no quiero daros envidia.
La sociedad catalana se hermanó con la madrileña para dar la bienvenida al
nuevo flagship de la marca de lujo italiana. Visita al nuevo enclave en Passeig
de Gràcia 91 y luego ruta por la misma calle hasta llegar a la Fundació Tàpies
para rematar la velada.
Éxito de convocatoria por parte de Privia, sabido es que
Ferrán y Marta Ribó manejan la mejor agenda de Barcelona. La agencia Área
organizó el evento de moda, con la invitación de Vips de la capital, todos
ellos viajaron “a todo tren”. La organización habilitó para ellos coches con
chófer particular para sus desplazamientos en la ciudad. Nombres como Óscar
Higares, Fernando Andina, David Meca, Lola Marceli, Ana García Siñeriz, Boris
Izaguirre, Alejandra Prat y su marido, o el modelo Javier de Miguel.
Todos los congregados al evento disfrutaron de las nuevas
instalaciones de la firma estandarte de la moda italiana y de la mega fiesta
posterior. La cita en la Fundació Tàpies, con overbooking incluido, estuvo
amenizada por Silvia Prada Dj set, y el exquisito cátering de Nando Jubany.
Como os decía en mi titular descubrí a un personaje, para mí
enigmático, había hablado mucho de él pero nunca directamente con él. Me lleve
una grata y agradable sorpresa con Diego Osorio, caballero atento, amable,
educado y cercano.
Me consta que mis compañeros de prensa vigilaban sus
movimientos por si se acercaba a alguna de las bellezas femeninas asistentes a
la fiesta. Diego habló con muchas de ellas sin más, estuvo siempre muy cerca de
dos mujeres con clase Virginia y Ana está última de la agencia que representa a
Diego “Sight”.
Diego es conocido en la prensa de sociedad por sus relaciones
con Eugenia Silva, Ana Boyer, pero Osorio es jugador de polo profesional, con
una larga trayectoria que le hacen merecedor de un lugar en este mundo rosa.
El madrileño, perteneciente a una familia de la burguesía de
la capital del estado, ha hecho de modelo para distintas marcas, como Zegna, y
es habitual en pasarelas como Custo en NY. Hablando con él me pareció un hombre
encantador, respetuoso consciente de la expectación que levanta pero sabedor de
“donde viene” y “a donde va”.
Su máxima es el trabajo, contento que las firmas le inviten a
eventos, pero siempre con el pensamiento puesto en el buen trabajo sin
renunciar a los momentos de ocio y disfrute.