Corren tiempos difíciles para la Monarquía y sus relaciones con la prensa. Los Duques de Palma no dan facilidades para ser fotografiados, ni
tan siquiera en los cumpleaños de sus hijos.
Esta situación parece
mimética y ha contagiado a la abuela de los pequeños. La Reina estuvo esta semana en Barcelona para celebrar el décimo
aniversario de Miguel Urdangarin,
situación que volvió a descolocar a los gráficos. No es la primera vez que
sucede, y al parecer no será la última, el que la Reina llegue en un coche a plena luz del día sin detenerse ni un
momento, para dejar constancia de su
visita a la Ciudad Condal.
Es más la salida de la
soberana fue de noche con el mismo vehículo y sin dar ningún tipo de facilidades
para ser captada su imagen. Esto en parte puede ser lógico ante la “difícil”
situación judicial de los Duques,
pero es que hace años no funcionaba así. La
Reina se dejaba fotografiar sin problemas, incluso bajando la ventanilla
del coche. Ahora los compañeros que están en la calle se preguntan ¿en Washington sí se dejaron hacer fotos,
algo pactado, claro? ¿Ahora no interesa repetir escena? . Como siempre en estas
situaciones los más perjudicados son los pequeños de la casa.