LOS MEJORES MOMENTOS DE LA 080, ENTRE EL OVERBOOKING Y EL CAOS

Jon Kortajarena

Carrusel Desigual

Las ganas a veces pueden con todo pero no es suficiente. En esta última edición de la 080 se ha notado en exceso una presión de la organización del evento de moda y el poco margen de maniobra que han dado a sus ejecutores, Equipo Singular. La agencia, con amplia y acreditada experiencia en el sector, ha tenido que ceñirse a las directrices marcadas por la Generalitat demasiado cuadriculada en muchos aspectos.
A muchos se nos viene a la cabeza Paco Flaqué y el extinto Salón Gaudí cuna de la moda en España. La prensa ha tenido serias dificultades en acceder al backstage, la iluminación previa a los desfiles ha sido prácticamente inexistente. Además antes de cada pase un cronómetro digital ha golpeado los oídos de los asistentes a los desfiles. Una vez visto el holograma y sentir repicar los segundos tiene su gracia, más de 30 veces llega a irritar.
La falta de puntualidad en empezar los pases ha sido la tónica,l os díez minutos de rigor se han convertido incluso en media hora. Otro de los condicionantes de la 080 es el cambio continuo de ubicación. Dominar los espacios es esencial para los organizadores, una vez aprendida la lección para la próxima edición vuelta a empezar. Las instalaciones del Hospital de San Pau albergarán la cita de verano de la pasarela. Nombres consagrados como TCN, MANGO, CUSTO o DESIGUAL, han mostrado su faceta de marca. Los pequeños han intentado despuntar entre los grandes convenciendo en muchos casos. Este es el caso de Katarina Grey, Josep Abril, Celia Vela, Justicia Ruano, Miriam Ponsa, o Alexis Reyna.